Currilla Vazquez


Es entrañable recordar ¿verdad?
He querido compartir con vosotros tantos y tantos
preciosos recuerdos de mi niñez, que me llenan
de ternura el corazón.

Traductor


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Blanca Nieves Y Los Siete Enanitos

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La Bella Y La Bestia

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La Cenicienta

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Hansel Y Gretel

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La Sirenita

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La Bella Durmiente

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Melisa

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2 de octubre de 2009

Blancanieves Y Los Siete Enanitos

Había una vez....... Una niña muy bonita, una pequeña princesa que tenía un cutis blanco como la nieve, labios y mejillas rojas como la sangre, y cabello negro como azabache. Su nombre era:


Blancanieves



A medida que crecía la princesa, su belleza
aumentaba día tras día hasta que su
madrastra la reina, se puso muy celosa.
Llegó un día en que la malvada madrastra no
pudo tolerar más su presencia, y ordenó a un
cazador, que la llevara al bosque y la matara.
Como ella era tan joven y bella, el cazador se
apiadó de la niña, y le aconsejó que se buscara
un sitio donde esconderse en el bosque.



Blancanieves corrió tan lejos como le
permitieron sus piernas, tropezando con
rocas y troncos de árboles que la lastimaban.
Por fin, cuando ya llegaba la noche, encontró
una casita y entró para descansar.
Todo en aquella casita era pequeño, pero más
lindo y limpio de lo que se pueda imaginar.
Cerca de la chimenea estaba puesta una mesita
con siete platos muy pequeñitos, siete tacitas
de barro y al otro lado de la habitación se
alineaban siete camitas muy bien ordenadas.
La princesa, cansada, se echó sobre tres de las
camitas, y se quedó profundamente dormida.
Cuando llegó la noche......
Los dueños de la casita regresaron.
Eran siete enanitos, que todos los días salían
para trabajar en las minas de oro, muy lejos,
en el corazón de las montañas.
- ¡Caramba, qué bella niña! -
exclamaron sorprendidos.
¿Y Cómo llegó hasta aquí?
Se acercaron para admirarla,
cuidando de no despertarla.
Por la mañana, Blancanieves sintió miedo al
despertarse y ver a los enanitos que la rodeaban.
Ellos la interrogaron tan suavemente que ella
se tranquilizó, y les contó su triste historia.
Si quieres cocinar, coser y lavar para nosotros,
puedes quedarte aquí y te cuidaremos siempre.
Blancanieves acepto contenta.




Vivía muy alegre con los enanitos, y todas las
mañanas se paraba en la puerta y los despedía
cuando los enanitos salían a trabajar.
Ellos le advirtieron:
- ¡Cúidate! - tu madrastra puede saber que vives
aquí y tratará de hacerte mucho daño.
La madrastra, que de veras era una bruja, y
consultaba a su espejo mágico para ver si
exictía alguien más guapa que ella, descubrió que
Blancanieves vivía en la casa de los siete enanitos.
Se puso furiosa y decidió matarla ella misma.
Disfrazada de anciana, la malvada reina, preparó
una manzana con veneno, cruzo las siete
montañas y llegó a casa de los enanitos.
Blancanieves, que sentía una gran soledad durante el
día, pensó que aquella viejecita no podía ser peligrosa.
La invitó a entrar y aceptó agradecida la manzana, al
parecer deliciosa que la bruja le ofreció.
Pero con el primer mordisco que le dio a la fruta.
Blancanieves cayó al suelo como muerta.
Aquella noche cuando los enanitos llegaron.....
Encontraron a Blancanieves tendida en el suelo.
No respiraba ni se movía.
La lloraron amargamente porque la querían.
Por tres días velaron su cuerpo.
No quisieron poner su cuerpo bajo tierra.
Hicieron un ataúd de cristal, y colocándola allí la
llevaron hasta la cima de una montaña.
Todos los días los enanitos iban a velarla.
Un día el príncipe, que paseaba en un caballo
blanco, vio a la bella niña en su caja de cristal y
pudo escuchar la historia de labios de los enanitos.
Se enamoró de Blancanieves y logró que los
enanitos le permitieran llevar el cuerpo al palacio,
donde prometió adorarla siempre.
Pero cuando movió la caja de cristal tropezó y el
pedazo de manzana que había comido Blancanieves,
se desprendió de su garganta.
Ella despertó de su largo sueño y se sentó.
Hubo gran regocijo, y los enanitos bailaban alegres
mientras Blancanieves aceptaba ir a palacio y...
Casarse con el príncipe.




1 comentario:

Anónimo dijo...

¡¡¡PRECIOSOOOO!!!